Domingo, 5 de abril de 2020.- La lucha contra el coronavirus, un extraño ser que no está ni vivo ni muerto, como todo virus, se encuentra en diferentes momentos en distintas partes del planeta, con un total de casos globales que ha superado el millón, y más de 60 mil muertes. En España, como en Italia, las cifras son de auténtico espanto.
No puede negarse que las cifras de seiscientos y pico fallecidos en España hoy, al suponer un decremento de más de cien muertos, es para alegrarse, dentro de lo terrible que supone la misma.
Mirando hacia adelante, aquí estamos empezando a plantear, por fin, la necesidad insoslayable de hacer pruebas a diestro y siniestro, con el fin de poder saber cuál es la situación en la que nos encontramos, realmente. En ello, Alemania está dando ejemplo, pero también es cierto que son un país más rico, y eso se nota. También a la hora de demostrar su insolidaridad a nivel comunitario.
Sea como fuere, el camino parece ser hacer pruebas como si no hubiese un mañana, nunca mejor dicho. Hasta ahora, estamos actuando a ciegas, por no decir a tontas y al locas, y del mismo modo se está empezando a poner sobre la mesa la importancia de saber qué individuos están inmunizados frente al virus. Un interesante dato, siempre y cuando esa inmunidad se mantenga, es decir, siempre que el virus no mute de un modo que haga tal concepto inviable, acabando con la misma y, por lo tanto, también inservible. De igual manera, se está empezando a plantear la necesidad de ponerse mascarillas no tanto para no contagiarse sino para no contagiar. Veremos si se logra abastecimiento suficiente y si hay colaboración ciudadana, que esa es otra.
A nivel de casos, también ha sido noticia hoy la escalada de contagios registrada en Nueva York, aumentando hasta superar los 122 mil casos. Aunque, para qué engañarnos, confiar en las cifras es poco menos que un deporte de riesgo, o mejor un acto de fe, habida cuenta del desconocimiento de la situación que realmente existe, a falta de suficientes pruebas realizadas, como ocurre en España de forma palmaria. O, pongamos por caso, a como a consecuencia de mentiras mondas y lirondas, como podría estar ocurriendo en China, según publica hoy El País. En un reportaje habla de un informe de la CIA que pone las cifras de muertos por coronavirus de China en tela de juicio, afirmando que son muchos más. Pero poca credibilidad puede tener un informe de la CIA, con el interés que tiene Estados Unidos en fastidiar al país amarillo.
Las decisiones apresuradas que dicen ser meditadas, las cifras cogidas con alfileres, la falta de garantía ante su implementación… Sin duda, la incertidumbre marca estos nuevos tiempos, tiempos inéditos, y también la mala leche, porque somos maestros también en Hispania en mezclar propaganda con información, bien a nivel político como mediático. Tanto se da, hay que sacar partido de todo, incluso de este yacimiento recién encontrado para muchos desalmados que se llama coronavirus. Otros, sin embargo, están siendo carne de cañón, y me refiero sobre todo a los sanitarios, un grupo muy castigado por esta crisis sanitaria, no solo por el coronavirus. Hoy ha muerto un médico del SUMMA, y resulta especialmente desolador, habida cuenta de lo que están teniendo que aguantar. Y lo de llamarlos héroes sin contar con medios, sin proveerles de medios, mejor dejarlo para otro debate, si bien al hilo de la actualidad, cabe apuntar que ni nuestros aplausos ni las alabanzas de la OMS salvarán sus expuestas vidas, en caso de que las cosas se pongan aún más feas para cualquiera de ellos.
Más incertidumbre ha añadido hoy a la imperante el pronóstico de recuperación en forma de logo de Nike, sumándose a los que abogan por la forma de V, de U y de L, en este caso apostando por una recuperación progresiva., según el informe presentado por la consultora Deloite. Un trabajo en el que se plantean tres escenarios posibles, señalándose directamente a una economía de guerra en el peor de los casos. Se trata de un intento de esclarecer las cosas, pero los interrogantes son tantos y tan gordos que difícilmente puede hacerse luz en medio de tanto humo. El mismo caos que vendrá, mutatis mutandis, cuando el cambio climático vaya avanzando y los eventos extremos, así como su mismo desarrollo, provoquen en cadena problemas sanitarios y de tantas otras clases entre la población. Y también sobre esto, como ocurrió con el riesgo que existía con el coronavirus, nos viene advirtiendo la ciencia desde hace décadas. Lo hace forma insistente y desesperada, sin encontrar el eco necesario, tal y como demuestra la inacción global.
Pero no todo son dramas e incertidumbres. Las redes hoy nos han regalado momentos únicos, como el beso de Sinda y Ceferino, que han celebrado desde el balcón su 50 aniversario, eso que se llama bodas de oro, jaleados por los vecinos, todos vestidos de gala, y también desde sus balcones. Ha sido en la Calle de la Alegría del municipio gallego de Vichona, en Sanxenxo, una sorpresa inolvidable que te resume este vídeo. Otros grandes afortunados, que comen su menú perruno como si de un banquete de boda se tratase son los canes abandonados que alimenta la colombiana Fundación Pinky, hoy también noticia en Twitter, y la imagen tuiteada no tiene precio, pues la Policía Metropolitana acompaña en su labor a los voluntarios.
Del infortunio de los perros de asfalto vamos a ir ahora a los perros de sofá, afortunados ellos. El tuit de Consuelo Veratriz es un canto a la convivencia, al amor incondicional y, en fin, a esa empatía inteligente que hace creer en la humanidad. “Compartir con ellos la vida forja un modo de vivirla. Disfrútalos. Aquí 1/4 de mi plantilla de segundas oportunidades. Se suman a mí para darte las gracias”, responde a @PabloFuente. Otro tuitero amante de los animales, y no solo de boquilla. Con su emocionante tuit me despido por hoy, a la luz de la luna, con esta crónica escrita a vuelapluma, al filo de la medianoche. El tuit dice así: “Dormíamos la siesta todos en el jardín. Desperté con esta estampa, fiel reflejo de lo que es importante en la vida. Él sordo, ella sabia. Juntos. Agradecidos. Por los regalos. Por las carencias. Sonaba…” esta canción. Se titula “Monólogo”, de Silvio Rodríguez, y dice así…«Favor, no se molesten, que pronto me estoy yendo; no vine a perturbarles y menos a ofenderlos.Vi luz en las ventanas y oí voces cantando y, sin querer, ya estaba tocando”. Hermoso, y auténtico, cálidos acordes en medio de este sordo estruendo…